Tu partida

07/09/2019 Desactivado Por admin

11 de Enero de 2012.

La soledad asoma a mi vida prometiendo momentos de sosiego.

Los días avanzan muertos, convirtiendo el futuro en presente, y me encuentro ansiando el abandono porque tu ausencia hará que mi corazón vuelva a latir emocionado.

Noto el fuego previo a la lucha y lo ahogo en esperanza, enmascarando mis días en dolor para no hacerte sufrir.

Me consuelo cada noche pensando que un día que pasa es un día menos que falta y aguanto la rabia. Respiro hondo reteniendo las lágrimas y sonrío amargamente al descubrir que no fui capaz de llorar porque lo nuestro agonizaba y ahora me inunda el llanto porque no termina de morir.

Aprieto los puños y cierro los ojos cuando tu tono, exigente y cruel, entra en mi mente y la carga de sentimientos que no deseo.

Hace tiempo, ¡parece tanto ya!, te quise sinceramente y no quiero odiarte, mi corazón se niega a odiarte, porque ahora, cuando te desnudas y descubres a ese en quien te has convertido la nada que me incitas se hace cada vez más grande, aunque parezca una broma del destino la realidad es que no queda nada.

Me devoran por dentro las palabras que no te digo, pero me enmudece el pensar que sacarlas de mí me convertirá en alguien parecido a quien eres y no quiero ser tú, ojalá nunca sea como tú.

Pensando en todo lo que siento, lo que me desespera es mirarte y comprender que, a pesar del tiempo vivido, no sabes quien soy.

Cada amanecer sonrío porque el día que despierta pasará y faltará un día menos para mi libertad.