Me dejas sola

Me dejas sola, después de insistir y sacar de mi corazón la intención del olvido… me dejas sola.

Me das un poco de ti, un suspiro apenas, y después me abandonas a la suerte de mi despiadada imaginación.

Me sueltas al mundo para volver a vivir lo vivido, para preguntarme a mí misma de qué me sirve quererte, ansiando obtener otro poco de ti, intentando recordar tus “te quiero”, apretando los puños evocando tu cuerpo.

Me dejas sola, después de necesitarme un segundo de todo el tiempo y arrancar de mi piel mil te quieros… me dejas sola.

Te quedas mucho de mí, mi corazón, mis deseos… y después te vas, cerrando la puerta tras de ti.

Me liberas, atada a ti, en la jungla de la vida para anhelar de nuevo lo vivido, para que vuelva a preguntarte por qué, codiciando una respuesta que nunca llega, perdiéndome en tu cruel silencio, sin saber qué quieres o anhelas.

Me dejas sola, relegada a la espera del que ama sin razón, obligándome a desear otra vez el olvido… sola.